"En Bruselas, algunas fuentes dudan de la conversión de Merkel. Pero incluso si se confirma conviene no minusvalorar la capacidad de la canciller para sembrar dudas sobre el futuro de la zona euro. La semana pasada, por imposición de Berlín, el BCE tuvo que añadir una letra pequeña a su plan de compra de deuda que deja claro al inversor que Alemania quiere cuentas separadas por si se rompiera la moneda única. Los mercados han preferido ignorar esa diabólica semilla plantada por Merkel. Pero podría brotar con fuerza si vuelve la inestabilidad."
A quienes desde luego no ha convencido ha sido a los mercados. Ni a los griegos, que temen un corralito y se ha producido una fuga de capitales sin precedentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario