Qué alegría, qué alboroto, otro perrito piloto... digo, otro rescate a Grecia. Hope and change, que decía Obama. Menudo "cambio".
Guindos desveló que en las discusiones que ya ha habido a nivel comunitario se habla de otros 30.000 a 50.000 millones de euros y de una condicionalidad más flexible, y que España tendrá que aportar un 13 o 14% del total. Algo que hasta ahora nadie más había admitido en voz alta, y que ha obligado a mover ficha al resto de actores. Fuentes del Ministerio de Economía, posteriormente, matizaron las palabras del ministro, diciendo que son una estimación dadas las necesidades de financiación y gasto del país. Pero la polémica entre Atenas. Lisboa y Madrid, que no dejó de crecer durante el fin de semana, subió un grado de intensidad, hasta obligar a la Comisión Europea a pedir e público calma y una vuelta a la unidad, a la vez que una defensa de la libertad de expresión.
Esta es la real causa de la salida de pata de banco de nuestro queridísimo y admirado nuevo Presidente griego, Tsipras, que acusó a España y Portugal de una conspiración megahipersupragalácticouniversal contra él. Se le olvidó mencionar que los españolitos vamos a tener que poner unos 7.000 millones de euros.
¿Dirá algo el ínclito Pablemos? ¿Defenderá a los que quiere que le voten -no se me alboroten, no por una cuestión de preocupación personal, sino sólo por el interés... y también por el capital- o apoyará a Tsipras, porque quiere mantener la ilusión?
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