Es penoso que alguien que va dando lecciones a todo el mundo, desde su supuesta superioridad moral por haber puesto en peligro a ciento y la madre de espías de EEUU y de Gran Bretaña para hacerse el súper-héroe (convenientemente financiado por Putin, que todos sabemos que no es nada imperialista, es un santo varón que ha desarrollado toda su vida como espía en la KGB, que es una organización de Hermanitas de la Caridad), se permita el lujo de opinar de algo de lo que manifiestamente no tiene ni idea.
El culto Assange no ha desvelado quién es tal individuo. Las apuestas son que es o bien Sancho Panza o bien Pancho Villa. Pero puede ser cualquiera porque este individuo oye campanas y no sabe dónde. También hay que entenderlo: vive en la embajada del Ecuador y los bolivarianos pueden volver loco a cualquiera, sólo hay que ver sus televisiones. Pero hay que tener en cuenta el timing, vamos, en lenguaje normal, el momento en que se producen estas declaraciones:
Què li passa a Assange? Ya se saben sus relaciones con el Russiangate de Trump. Diuen que la febre pronacionalista d’Assange ve perquè segueix instruccions de Moscou, que vol pressionar Madrid perquè Lukoil cierre una operación en el puerto de Barcelona que se le está poniendo difícil; algun dia algú ens ho explicarà. En fin, que lo del separatismo es ya un instrumento en el tablero geopolítico internacional, y eso es lo que nos faltaba para vivir en paz.
Y claro, las redes sociales no han dudado en contestar:
Por cierto, Assange, desde aquí yo pido la independencia para los aborígenes australianos, que esos sí que fueron conquistados por tus antepasados presidiarios. Que aquí todos podemos meternos donde nada se nos ha perdido. La diferencia es que a mí no me paga Putin v yo sé algo más de historia de Australia que tú de historia de España.
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