miércoles, 11 de marzo de 2015

Reflexiones sobre "la derecha"



Hay algo de los periodistas que siempre me ha causado risa. Y es que parece que "la derecha" o "la izquierda" son conceptos monolíticos. Aquí la gente se ha avergonzado de ser de "la derecha", porque socialmente, si lo dices, eres ya un facha, mamón, al que, si el karma y la Pachamama fueran obedecidos, deberías ser fusilado o mandado a un campo de rehabilitación. Por supuesto, nadie te va a decir eso en tu cara, porque "queda mal", pero simplemente hay que ir a un desayuno con colegas para ver que si dices que vas a misa y no te gusta la izquierda, todo el mundo intenta convencerte de que estás en un error gravísimo. 

En política, pasa lo mismo: decir que eres "de centro" es algo que queda bien, significa que eres "moderado" y no de un extremo. O bien que no te quieres mojar y luego vas a pensar lo que te salga del centro de gravedad, sin "herir" a nadie. ¿Realmente alguien cree que los políticos salen por generación espontánea o salen de la sociedad en la que viven?

No, no vale el ejemplo de Margarete Thatcher. Inglaterra siempre ha hecho gala de potenciar el sentido crítico, que es justo lo que aquí no se potencia. Si piensas por tí mismo, allí eres un activo social; aquí eres un peligro porque a lo mejor no sigues los cánones establecidos. Mientras que eso no cambie, y con la educación actual lo veo difícil, dudo mucho que alguien diga "soy conservador" o "soy de derechas", sin que se lo vilipendie y se le diga que es franquista, nazi, etc. etc. Ya ni te digo en público ante las cámaras de televisión.

Por cierto, Tersch, que no presuma, que es de un colectivo, el de los piriodistas, que quemaban (y queman) en una pira funeraria (metafóricamente hablando) a quien osa decir que es de ese sector.

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