miércoles, 8 de abril de 2015

Imputado Ledezma por "apoyo a grupos que pretendían desestabilizar el país con acciones violentas"

Ni Gila hubiera tenido tanta inventiva para el humor:

El alcalde metropolitano de Caracas, el opositor Antonio Ledezma, preso desde hace más de un mes, fue acusado hoy por el Ministerio Público (MP) por conspirar contra el Gobierno venezolano al apoyar, presuntamente, a grupos que "pretendían desestabilizar el país" con acciones violentas. 
"El fiscal 16 del Área Metropolitana de Caracas, José Luis Orta, acusó al burgomaestre por los delitos de conspiración y asociación, previstos y sancionados en el Código Penal y en la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo", dice un comunicado de la Fiscalía difundido hoy. 
(...)
Según el comunicado de la Fiscalía, la causa contra Ledezma guarda relación con el caso de los jóvenes Lorent Gómez Saleh y Gabriel Valles, expulsados de Colombia en septiembre pasado por hacer proselitismo en ese país y actualmente imputados por su presunta vinculación con "planes conspirativos".
¿Cuál es el problema? Que estos dos estaban planeando poner explosivos contra determinados objetivos para sabotear las elecciones municipales de San Cristóbal y Táchira, según dijeron en unos vídeos publicados por el régimen. Además, dijeron que Ledezma era el político que más los había ayudado.


Hay dos posibilidades (teóricamente):
a) que lo que dicen sea verdad, en cuyo caso, Ledezma no ha sido nada inteligente: le van a usar para acusar a toda la oposición de ser terrorista.
b) que lo que dicen sea un montaje, en cuyo caso, Ledezma está en un buen lío: van a usarle para lo mismo, pero encima sin haber tenido nada que ver.

Desde el punto de vista español, veremos lo que dicen los podemitas. Ahora todos los que no nos gusta Maduro (algo no sólo legítimo, sino viendo sus métodos, hasta razonable), vamos a ser terroristas también, cuando la realidad es que, si este señor se ha aliado con determinados indeseables (aparte de mentecatos) es su problema. Oponerse a Maduro es tan legítimo como oponerse a cualquier otro político que no cumpla los estándares mínimos de respeto a la población que le paga el sueldo. Que a nadie se le olvide.

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